Por: Máximo Ortega
“Queridos padres, les escribo este email para desearles
se encuentren bien de salud, que la Virgencita les ilumine… El otro día cumplí catorce
años y me sentí el tipo más infeliz de la Tierra. Imagínense, ya van cinco años
que me andan ofreciendo venir para mi cumpleaños y nada. Si no fuera por la
abuelita Carmen y mi hermanita La Flacucha me habría muerto de soledad. Es la
primera vez que les escribo, quizá porque así me salen mejor las palabras,
cuando hablamos por celular no puedo contarles de verdad lo que me está
pasando.
Hace dos años comencé a beber trago, y últimamente
probé marihuana. Me llevo con unos chicos a quienes también sus papás los
abandonaron, y hasta hemos formado una pandilla… El otro día, ni bien comencé a
beber me entraron unas feas ganas de hacer daño a la gente… Anteayer, un par de
amigos cayeron presos, los acusaron de haber entrado a robar en una casa, y de
puro gusto, porque sus padres si les mandan plata…
Yo no sé por qué ustedes aún siguen allá, en ese país
donde los tratan mal. No entiendo por qué se fueron, aquí éramos felices,
aunque fuera comiendo arroz con huevo… Odio el día cuando vos mamá pasaste la
frontera para llegar a la “Yoni” después de tres intentos. Me enteré después
que vos papá la llevaste porque estabas celoso, porque un amigo tuyo, a raíz de
que te fuiste, comenzó a visitar nuestra casa. Y ahora que La Flacucha se está
haciendo mujercita el desgraciado de tu amigo, supongo, ha regresado a merodear
por nuestra casa…
El otro día vi en la tele que ese Obama, presidente de
los gringos, y otros presidentes más, no hablan nada de ayudar a los latinos. Entonces, ¿por qué aún
siguen allá? Quizá no quieren regresar por vergüenza de que les digan que son
unos fracasados… Pero, si lo miran bien, ustedes más bien son unos héroes por
el hecho de estar allá. Queridos padres, más vale el amor por nosotros que la
plata. Es preferible que nos maten de hambre, antes que sufrir su ausencia.
Están a tiempo de salvarnos. Aquí como sea podrían poner un negocito…
Sin más que decirles, me despido…”
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