EN ANTOJO DE ESCRIBIR

EN ANTOJO DE ESCRIBIR
La cueva de los Tayos (Ecuador)

martes, 22 de marzo de 2016

¡QUÉ APETITOSO ES EL PODER!



Máximo Ortega
 
El sanguinario dictador ugandés, Idi Amin, de tan aburrido que estaba en el poder, mandaba cazar a sus opositores, y en un acto de puro canibalismo, se comía las vísceras de algunos de ellos. 
En España, con el Generalísimo Francisco Franco, que gobernó más de cuarenta años, fueron asesinados cientos de miles de opositores. Con este fascista, que se creía Dios, todo pasaba por el filtro de la censura: periodismo, cine, literatura, deporte, concursos de belleza. Según confesión de una prostituta de lujo, al ex jefe de gobierno italiano, IL CAVALLIERE Silvio Berlusconni, le encantaba organizar orgías en una cama gigante, obsequiada por su amigo Vladimir Putin, presidente de Rusia.
Velasco Ibarra llegó a ser cinco veces presidente de la república del Ecuador, y según se sabe nunca robó un solo centavo, murió en la pobreza; pero, en cambio, algunos de sus colaboradores se enriquecieron hasta decir basta. El octogenario Fidel Castro gobernó Cuba medio siglo, y para no perder el gustito por el poder, delegó a su anciano hermano Raúl el mando de la empobrecida isla. Pinochet decía que en Chile ni una hoja de un árbol se movía sin que él lo supiera. Miles de opositores fueron asesinados en su régimen autoritario.  
El genio del mal, Adolfo Hitler, estando en el poder, se dio el lujo de iniciar la Segunda Guerra Mundial, y encima, en su Tercer Reich, aprovechó para mandar asesinar en los temibles campos de concentración a más de seis millones de judíos. En la época del temible dictador comunista José Stalin, los historiadores calculan que murieron más de veinte millones de soviéticos… y sólo por el hecho de que no pensaban igual que el tirano. Algo parecido ocurrió en la china comunista de Mao Tse Tung. So pretexto de la revolución cultural murieron cincuenta millones de chinos. 
Pero lo de ahora es más grave. El dictador norcoreano Kim Jong-un tiene sumido en una grave crisis económica a su país, sin embargo, tiene dinero suficiente para construir armamento atómico. Con sus frecuentes ensayos nucleares, tiene en jaque a Estados Unidos y sus aliados. Nada raro sería que este loco inicie la Tercera Guerra Mundial.

miércoles, 16 de marzo de 2016

INTERESTELAR, LA MEJOR PELÍCULA DE CIENCIA FICCIÓN.




Por: Máximo Ortega
Dirección: Christopher Nolan. Guion: Christopher y Jonathan Nolan. Protagonistas: Matthew Mc Conaughey, Anne Hathaway, Michael Caine, Jessica Chastain. Año: 2014. País: Estados Unidos. Género: Ciencia Ficción. Duración: 169 minutos
Un grupo de viajeros espaciales buscan un planeta similar a la Tierra para trasladar a la especie humana a fin de que sobreviva a la catástrofe que se aproxima, y la única forma de encontrarlo (debido a la grandes distancias cósmicas), es a través de un agujero de gusano (atajo que haría más corto el viaje).
Historia de ciencia ficción donde se combinan algunos temas de los que se nutre este género: relatividad del tiempo, ondas gravitacionales, robots con inteligencia artificial, agujeros negros, viajes interestelares, que al final confluyen en un tema central: el espiritual, el de la Quinta Dimensión. Así pues, a INTERESTELAR habría que agregarle el ingrediente filosófico, y ello por sus escenas (con geniales efectos especiales y armonía sonora) relacionadas con la visita desde el futuro al pasado (pasado-futuro) que hace el ingeniero Joseph Cooper (Matthew Mc Conaughey) a su hija niña-mujer-anciana Murph Cooper (Mackenzie Foy-Jessica Chastain-Ellen Burstyn) para entregarle las claves que podrían salvar a la Tierra, escenas que darían lugar a varias interpretaciones (reflexiones), entre ellas, la de que “los fantasmas” no son tales sino más bien seres humanos (o aliens) que viven y/o viajan desde otras dimensiones espacio-temporales hasta el pasado-futuro de la Tierra, pero con alguna misión…
Grandiosa película la de Christopher Nolan que, aunque se estrenó en el 2014, por nada del mundo el amante y el aficionado del cine lo debe dejar perder en el misterio del tiempo.