EN ANTOJO DE ESCRIBIR

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La cueva de los Tayos (Ecuador)

viernes, 26 de febrero de 2016

¿DEBERÍAN CASARSE LOS CURAS…?



                                                                                                                       Máximo Ortega
Estamos en pleno siglo XXI y ciertas cosas deberían actualizarse, modernizarse.
¿Acaso los sacerdotes no son humanos? ¿No pueden amar y ser amados? ¿No pueden tener descendencia? Las relaciones sexuales son un instinto básico, al igual que alimentarse, conservarse, etc.
En el mundo suman miles de casos en que los religiosos han roto el celibato (voto de castidad). En Ecuador se habla de alrededor de 300. Quizá esa sea la asignatura pendiente de los curas. Así pues, debería ser opcional esto del celibato, de casarse y tener relaciones sexuales normales.
Históricamente, dentro de la Iglesia católica se sabe que Pedro, el primer Papa, y algunos apóstoles eran casados. Claro que en el Concilio de Nicea, en el 325, se decretó que los sacerdotes no podían casarse y en ese mismo año en el Concilio de Laodicea, se establece que las mujeres no podían ordenarse sacerdotas (¿acaso se sugiere que antes de esta fecha las féminas si podían ordenarse como tales). Y así, a lo largo de los siguientes siglos, unas veces se ha prohibido y otras permitido el matrimonio de los sacerdotes.
No estamos ante una cuestión en extremo difícil, el Papa Juan Pablo II decía que: “el celibato no es esencial para el sacerdocio, no es una ley promulgada por Jesucristo”. Entonces, el Vaticano, el Papa Francisco, deberían abrirse más, ser menos ortodoxos. Se evitarían escándalos…
En otras religiones, se permite que un líder, un pastor de tal o cual iglesia pueda tener esposa e hijos. ¿Cuál es el temor? La doctrina católica ya debería adaptarse a los tiempos modernos. El Vaticano en otras cuestiones delicadas ya lo ha hecho, ahí está lo de teoría de la evolución de Darwin.
Un dato curioso, en los países de Europa, con mayoría protestante, no suele haber este tipo de problemas, obviamente porque se permite el matrimonio de sus lideres religiosos, y extrañamente, esos países son más desarrollados que los países católicos de Europa.
 Pero el asunto no es fácil. Detrás de esto hay intereses...