EN ANTOJO DE ESCRIBIR

EN ANTOJO DE ESCRIBIR
La cueva de los Tayos (Ecuador)

martes, 5 de mayo de 2015

ALCANZARON LA FAMA DESPUES DE MUERTOS


Máximo Ortega

Resulta extraño que en algunos casos se tenga que morir para ser famoso. La historia nos muestra a varios escritores, pintores, científicos, que en vida no fueron reconocidos y murieron sin saber que iban a ser famosos. Murieron algunos en la desgracia y sin imaginarse jamás que un relato, una pintura o una teoría de ellos llegaría a revolucionar el mundo de la cultura o de la ciencia. Ahí están Kafka, Allan Poe, El Greco, Van Gogh, Galileo, y más, que en vida pasaron por una serie de vicisitudes. De Galileo vale decir que sus teorías científicas fueron rechazadas en su momento. La iglesia lo acusaba de hereje. Fue arrestado por su forma de concebir la vida y el universo. De Kafka, autor de la novela El Proceso y que murió de tuberculosis, sobra mencionar que es catalogado como el escritor más influyente de la literatura universal de los últimos tiempos. Van Gogh, pintor postimpresionista, autor de los óleos más caros de la historia, entre ellos Los girasoles y El retrato del doctor Gatchet, padeció epilepsia y murió en la pobreza… Y más recientemente, Stieg Larsson (1954-2004), escritor y periodista Sueco, y Roberto Bolaño (1953-2003), escritor chileno, también murieron antes de ser famosos. Curiosamente ambos murieron de cincuenta años. Larsson  escribió la trilogía Millenium, que suman más de dos mil páginas, compuesta por las novelas: Los hombres que no amaban a las mujeres, La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina y La reina en el palacio de las corrientes de aire, y que pocos días después de dejar los manuscritos en una editorial falleció de un paro cardiaco (fumaba tres cajetillas y bebía veinte cafés diarios, y encima prefería la comida chatarra). Nunca se imaginó que su trilogía, enmarcada en el género de la novela negra, y que no la vio publicada, vendiera millones de ejemplares y que esos millones de dólares fuesen a parar a manos de su padre y hermano, a quienes casi nunca vio, y no a las de su conviviente que siempre lo apoyó. Lamentablemente, ellos no se casaron ni  tuvieron hijos… Y qué decir del novelista, cuentista y poeta Bolaño, que emigró a España en donde se desempeñaba como una especie de factótum para sobrevivir, y que murió en un hospital de Barcelona por una insuficiencia hepática. Su obra más conocida es la novela vanguardista Los detectives salvajes, aunque la más premiada es 2666, libro que con más de mil cien páginas incluso recibió el National Book Critics Circle Award en el 2008. Así, al igual que otros, alcanzaron la fama después de muertos. Entonces, alguien comentará: ¡Qué absurdo!, “¿Para qué ser pájaro en un mundo lleno de jaulas?”… Sin duda, sus obras son auténticos frescos de la sociedad moderna y el reflejo de una asombrosa capacidad fabuladora.

lunes, 13 de abril de 2015

¡ALGO MISTERIOSO ESTÁ OCURRIENDO!

Por: Máximo Ortega
Hace más de quinientos años nadie hablaba de la existencia del continente ahora conocido como América. Ni siquiera se pensaba que la Tierra era redonda. Peor imaginarse en los medios sofisticados de transporte actuales y en las telecomunicaciones… (Si Atahualpa hubiera tenido un fax o un celular a mano…)
Hace sesenta años era impensable hablar de que Europa se uniera en un solo país. Y ello por su decadencia: su moneda es única. Cuarenta años atrás era por demás inaudito que en Estados Unidos un negro llegara a la presidencia de dicho país. Sonaba a fantasía que un afroamericano “gobernara” al mundo desde la Casa Blanca… (Y pensar que en la década de los sesenta, en algunas ciudades estadounidenses a los negros se les prohibía sentarse en los asientos de los buses o ingresar a un restaurante). Hasta hace treinta años era imposible mirar a un jugador negro en un equipo de fútbol europeo. Veinte años atras, nadie hubiera creído que en Latinoamérica algunos países tuvieran gobiernos con ideología de izquierda. En ese entonces, hablar del Ché Guevara era prohibido, se corría el riesgo de ser considerado guerrillero. El Manifiesto del Partido Comunista era el peor libro que se podía encontrar en la mochila de un estudiante. Y así por el estilo, hace pocos lustros nadie se imaginaba que la China y la India hoy sean las economías que más crecen en el mundo. O que la misma China “comunista” se ubique hoy en segundo lugar en el ranking de países con más multimillonarios… O que Bolivia tuviera un presidente indígena… O que en EE.UU. se diera un ataque terrorista como el que ocurrió con las torres gemelas, etc., etc.
Al ritmo como se vienen dando estos sucesos (extrañamente, lo que antes tardaba miles o cientos de años, ahora ocurre en pocos años, meses o días) no sería nada desatinado imaginar para después de quince años lo siguiente: que los latinoamericanos, o los africanos, miraremos ingresar por nuestras fronteras a cantidades de norteamericanos, o europeos, o japoneses que vendrán huyendo de sus países, por causas muy extrañas. Y que nuestros gobiernos controlarán a los ilegales, y nuestros ciudadanos comenzarán a despreciarlos: les darán los peores trabajos… Y que una señora indígena, o talvez una de color, le comentará a su amiga su desacuerdo con que una hija suya se casara con un gringo de ojos azules, porque no podría soportar el qué dirán de la gente, pues, además, él es de clase baja y ha venido a quitarles trabajo… ¡Puede pasar!








miércoles, 18 de marzo de 2015

novela EL ARCO IRIS DEL TIEMPO, de Máximo Ortega, es BEST SELLERS en Amazon




Libro electrónico (Ebook) del escritor ecuatoriano Máximo Ortega, ingresó en el top 100 de ventas, concretamente al puesto N. 19 a nivel mundial de la empresa norteamericana amazon.com en español.Si desea adquirirlo ingresa a este enlace (previo a crear una cuenta en amazon: http://www.amazon.com/arco-iris-del-tiempo-Spanish-ebook/dp/B00OLZKOT2/ref=sr_1_1?s=books&ie=UTF8&qid=1426716349&sr=1-1&keywords=el+arco+iris+del+tiempo



lunes, 16 de marzo de 2015

Llorar Jesse

"YO SOLAMENTE QUIERO TRABAJAR"



Por: Máximo Ortega
 “Me llamo Manuel. No importa mi apellido, ni de donde soy. Tengo treinta años, casado y con tres hijos. Soy albanil, y hasta la fecha no he conseguido trabajo estable. Desde muchacho, entre mi viejo y yo, íbamos a buscar empleo en ese lugar donde frecuentan los desempleados. A veces, salíamos de casa sin tomar café, de mañanita, y nos íbamos a esperar para que alguien nos dijera, al menos: “Hey, amigos, vamos a que se ganen alguna cosita…”. Pero nada. Éramos cientos, y a lo mucho contrataban a unas cuantas decenas de hombres. Si teníamos suerte, algún contratista llegaba en una camioneta y nos llevaban como sardinas a trabajar en el campo, a hacer zanjas, o a construir el esqueleto de una que otra casa. Desgraciadamente, sólo durábamos un mes, exagerando tres. Cuando era nino, decadas atras, ibamos con mis primos, en época de elecciones, a ver a esos candidatos, de paso, aprovechabamos para vender el periodico o lustrar zapatos. Esos tipos se manejaban tremenda labia. Vi desfilar a unos cuantos. Me acuerdo que había uno que hasta cantaba en la tarima, acompañado de bailarinas. Todos ofrecían trabajo para el pueblo, juraban ante Dios, decían que iban a aplicar la justicia social, pero nada de nada… ¿Saben?, yo sólo quiero trabajar. Eso de que nos iban a dar pan, techo y empleo era redundante. Con trabajo bastaba, con la plata que uno cobrase, se veria si se hace una casa, si se come, si se viste. Lo importante es trabajar.
Pero les cuento una mala. El otro día me llamó un pariente y me ofreció llevar a Estados Unidos. Pero unos amigos, mientras bebíamos en una cantina, me contaron que Europa y Estados Unidos están en crisis… Yo sé que es riesgoso viajar, pero si no migro, mis hijos no tendrían con qué vivir. ¡Maldición!, ¡si alguien me pudiera ayudar a conseguir trabajo!…”