viernes, 11 de julio de 2025
En circulación "A Shakira le encanta la ayahuasca" de Máximo Ortega
Días atrás comenzó a circular en las librerías del país el libro “A Shakira le encanta la ayahuasca”, del autor cañarense Máximo Ortega. La obra literaria (Edit el Conejo y Pumaeditores) tiene buena aceptación dentro de la crítica del país. Cecilia Ansaldo (Univ. Casa Grande y UCSG) señala que este libro: “…innova las líneas del tiempo – qué mejor aspiración que viajar por encima de esa coordenada – escruta problemas sociales, sin abandonar jamás un aire de extrañeza que parece flotar como si fuera propio de otra realidad”.- Iván Rodrigo (Univ. Andina Simón Bolívar), a su vez, indica que el libro “…fusiona el realismo marginal, la ciencia ficción, el misterio y lo psicodélico andino. Hay allá una experiencia narrativa hipnótica y desconcertante. Sus personajes se deslizan entre mundos distintos, alucinados y fragmentados…”; Rubén Darío Buitrón, del periódico NOTIMERCIO, de su parte, refiere que en la obra hay una “…Imaginación desbordante. Máximo Ortega reafirma su alto nivel narrativo”.
El 31 de julio del 2025, a las 18H00 el libro será presentado en Libreria Española de Quito.
viernes, 4 de julio de 2025
Critica novela El Arco Iris del Tiempo de Máximo Ortega por Eduardo Crespo Román
Colectivo cuchara de palo
Escribe doctor Eduardo Crespo Román
De la novela : Arco Iris del Tiempo.1
Literatura y utopía.
Escrita por Máximo Ortega Vintimilla (Azogues. 1966) , sin ningún patrón estético que no sea el suyo e integrada por seis narraciones , ha sido referida por la crítica literaria y advertida por el escritor Eliecer Cárdenas Espinoza, en el prólogo de su segunda edición , de que “ Quizá, el joven autor de Azogues es el iniciador diestro de una temática realista-fantástica orillada a la Ciencia Ficción en nuestro país “; y que esa temática, “tiene un sobrado sitial de privilegio dentro de la creación literaria del presente siglo”, además de que en sí misma, “ es búsqueda de la pluridimensionalidad del mundo y el ser…”.
Sus textos, proponen la creación de tiempos literarios y de una sociedad atravesada de ficción e ingenios tecnológicos no concurrentes con escenarios ni zagas tremendistas intergalácticas de cataclismos y estremecimientos de horror cósmico de algunas literaturas actuales , ni tampoco con lo “real maravilloso” de la novela del “boom latinoamericano” ; pero que se mira, en la narrativa reverente de los cuentos fantásticos de Borges -sin duda-, por la sensación de irrealidades que comunica y provoca su desconcertante lectura ; y que atendiendo lo señalado por el mismo autor de la novela , de que “Son bastantes las maravillas que se puede hacer cuando el espacio y el tiempo son susceptibles de ser manipulados”, sus protagonistas (homo fictus), crean y caminan futuros y los desandan en tiempos misteriosos.
Estos mundos nuevos y de tiempos de futuros - como la lejana Jesmarché de la novela Arco Iris del Tiempo- , son de construcción de la ficción de Utopía; esto es, de aquellos, de ” en un lugar en ninguna parte” y “que insinuaría también la idea de lugar feliz” , tal cual del referido por Thomas More en su obra sobre la “república de Utopía” , que ha tocado hondo a la literatura y la historia de la filosofía, pero que debe ser advertida con su antónimo de “distopía” (envés); y con esto, el de los desencantos y la desolación humana; y recordar precisamente, que” La escritura de ficción se instala siempre en el futuro – y- trabaja con lo que todavía no es (…) y Construye lo nuevo con los restos del presente”2 . De ahí, la pertinencia también, de que “la utopía (…) –sea- la descripción literaria individuada de una sociedad imaginaria, organizada sobre la base de una crítica subyacente a la realidad real”. 3.
Jesmarché o la utopía: “ tanto puede ser una idea como un lugar”. (Salman Rushdie)
El núcleo narrativo de la primera parte de la novela Arco Iris del Tiempo, nos ubica en Jesmarché , cuyo tiempo –que era otro tiempo-, no corre paralelo a la tierra, ciudad a la que han llegado los protagonistas : Adriano y Fernandito, luego de atravesar el arcoíris, una vez que escucharan a su profesor Alicio Reyes, de “que la Tierra algún día llegaría a ser un mundo libre y justo” y que eso había que buscarlo. Allí, - en Jesmarché-, que es la utopía “ de en un lugar en ninguna parte”, como el de More y los Jesmarcheanos, que son de todos los colores, como los del arco iris, viven en unidad y paz, sin el sentido del término raza, dotados de centros de informática y robótica, de inventos extraños, máquinas para viajar a través del tiempo, con una educación asistida por la teleinformática. Sus grandes temas, son la tecnología, la parapsicología, la cosmología y la ecología y todos los bienes existentes en la ciudad -de sesenta y seis mil habitantes-, son de su propiedad, que no necesitan ser gobernados por ningún poder político-económico, sino administrados por su Órgano Ético Social; y la justicia, administrada por reglamentos concienciales, en una sociedad sin delincuencia, porque la misma ha sido borrada de los códigos genéticos y en la que no ocurre destrucción alguna de la naturaleza.
Después de este primer texto, la novela fluye, se hunde y escruta escenarios e historias de diferentes tiempos y milita por una rebelión ecológica para sostener o retornar a “Ecópolis”, que es la “Región del Bien”, con un “sistema en el que la naturaleza era ampliamente respetada” que contrasta con “Nocívides” o Reino del Mal, que será luego la Gran Nocívides -¿de hoy?-, en la que “ todos hablan de dinero (…) y de explotación desmedida de la naturaleza…” .
Asumimos, que Ecópólis y la Gran Nocívides de la novela, recuerdan lo conceptual de la utopía y su distopía de nuestros días; pero también que en ese itinerario, tiene espacio -“el optimismo militante” esencial de la filosofía del futuro de Ernst Bloch, honda y sabiamente desarrollado en El principio esperanza, sobre el que el filósofo alemán, señalará : “Se trata de aprender la esperanza. Su labor no ceja, está enamorada del triunfo, no del fracaso. La esperanza, situada sobre el miedo, no es pasiva como éste, ni, menos aún está encerrada en un anonadamiento”; esperanza, que yace en la utopía palpitante de la novela de Máximo Ortega Vintimilla.
Esta es una de las relecturas de Arco Iris del Tiempo, que se devela, no obstante los espacios y tiempos de su narrativa de ficción, de constituir y conllevar un elevado discurso de humanismo que nos devuelve la esperanza. (tuv).
Notas. 1. segunda Edición. CCE Núcleo del Cañar.1996 (Editorial El Conejo, reedita Arco Iris del Tiempo- 2010). 2. Referido en ITINERANTES. Manuel Villavicencio. 2008. 3. Villavicencio 2008. Ver menos
jueves, 19 de junio de 2025
Comentarios novela Simulación Fatal de Máximo Ortega por Paúl Puma Universidad Central
Comentarios novela Simulación Fatal de Máximo Ortega (segunda edición) Dr. Paúl Puma PhD. Profesor U. Central, escritor y crítico literario
En Simulación fatal Máximo Ortega inaugura un subgénero en el thriller (que en estos últimos años ha apelado al realismo sucio) en el ámbito latinoamericano. Su maestría consiste en incorporar el humor coloquial/ idiosincrático-al género de Benjamin Black o Camilla Läckberg, por citar unos nombres más allá de nuestros lares- como un aporte a la literatura ecuatoriana actual. Para semejante empresa, Ortega se sirve de su conocimiento experiencial etnográfico/cultural que le permite parodiar aquel imaginario que es una constante en los pueblos de este lado del mundo: la charlatanería quiromántica de aquel "sanador espiritual" que habita en los anuncios de los postes eléctricos o en los programas de radio y televisión. El bagaje del autor (criminólogo y conocedor de universos que a veces son esquivos para el lector común) le permite hilvanar una historia intrigante a partir de un personaje/protagonista indefectiblemente humano: la ingenuidad no solo es una característica sino un tesoro que se debe guardar en el corazón, pero que en la auténtica literatura funciona como una verdad que acopian los expertos escribientes. Esta novela ubica a Máximo Ortega en el seno de lo más selecto de nuestra narrativa contemporánea.
Comentarios de novela Simulación fatal de Máximo Ortega por el crítico Oswaldo Encalada.
Bueno, he logrado desengancharme de la lectura de su novela (y lo logré porque pude terminarla), y es verdad se trata de un texto que atrapa al lector, desde el principio. La construcción, la intriga, eso de regar o sembrar pequeños indicios, desde el principio, van creando un interés irresistible en el lector, que logra atraparlo y engancharlo. He disfrutado mucho de su lectura. Se percibe una suerte de realismo urbano muy nuestro y también muy actual. Al principio la novela es bastante morosa; pero luego, al final, los hechos se vienen en cascada buscando el fin y la recompensa para el lector. Por eso de haber sembrado tantos indicios, tenía que volver para marcar esos indicios en página y línea, para ver cómo más adelante se perfeccionaba la historia (perfeccionaba en el sentido del derecho, claro está). Felicitaciones por su novela y que siga adelante en su trabajo en favor de la justicia y de las letras.
Prólogo novela Simulación Fatal de Máximo Ortega. Por Iván Rodrigo Mendizábal, Ph D. UASB
Una novela distinta:
El crimen ha sido y será siempre uno de los asuntos que la literatura tratará. Desde antes, el hecho de transgredir y, con ello, llegar a un extremo ominoso, que es el acto de matar, ha permeado también las tramas de muchos relatos. Quizá el más temprano, es el de Caín y Abel y el ocultamiento del crimen por parte de uno de ellos. El más reciente… Se podría decir que a diario escuchamos historias, ya sea desde los medios de comunicación –sin descontar lo que se publica real o tendenciosamente en las redes sociales–, o desde lo que comentan diversidad de personas, acerca de hechos que, en efecto, bordean lo criminal.
Una cosa es tramar y ejecutar en la realidad un acto; esto estará siempre del lado de la conciencia criminal en sí. Y otra, es narrar y hacer que el hecho, por más oscuro y horroroso que sea, llegue a la conciencia de quien sea, más aún lectores interesados en la literatura que tiene que ver con lo policial o lo criminal. Sea que se publique en diarios o en redes sociales, o que se manifieste en tertulias en las que se trataría de conjurar el bien, el hilo del relato acerca del mal será el que convoque.
Qué mejor manera si un escritor especialista, un literato, nos emplaza a discurrir y quizá meditar acerca del mal. Máximo Ortega Vintimilla, abogado ecuatoriano, especialista en criminología, es un ejemplo y su nueva novela, Simulación fatal (2022) lo demuestra. Esta ha inaugurado la serie de literatura criminológica del Grupo Editorial ONI, en alianza con Puma Editores, instituciones del mercado editorial ecuatoriano que pretenden abrir un camino para que juristas e interesados en las tramas del mal también puedan publicar sus obras literarias. Desde ya en la historia de la literatura ecuatoriana hubo jurisconsultos que también se dedicaron a la literatura, aunque no necesariamente hayan explorado la relación entre literatura y criminología como es el caso del autor y su Simulación fatal. Aunque esto tampoco quiera decir que en el país no exista literatura policial.
Lo que Ortega Vintimilla nos propone –y la segunda edición de su novela es el testimonio de que hay lectores invocan temáticas y profundizar géneros interesantes de la literatura– va desde el terreno de la novela criminológica, esa que tendría que ver con los prolegómenos de lo que podría una conducta delictiva.
La ficción criminológica pertenece a un amplio espectro literario que se conoce la literatura policial, para unos, o el género negro. Creo que no resolveremos sus tensiones, a sabiendas que en lo policial habría un detective o unos policías resolviendo algún caso criminal, y en el género negro, más allá de un detective o unos policías –que igualmente tendrían o podrían aparecer–, el motivo central de la narrativa sería la misma conciencia de quien transgrede o comete un acto criminal, hecho que le puede llevar a horizontes impensados.
Simulación fatal quizá no toma mucho de lo policial, tampoco del género negro. Y esa es su virtud, pues lo que tenemos en manos es una novela que podría describir modos de existir, modos de salir de los embrollos para sobrevivir cada día, modos de aprovechar la debilidad de los otros. Tampoco tiene que ver con lo costumbrista ni con el realismo, sea social ni sucio. El hecho radica en el que Ortega Vintimilla, con una destreza única, nos lleva a vivenciar si no uno, al menos algunos comportamientos que moralmente sí tienen que ver con lo delictivo y que deriva, dependiendo de cómo descubramos la trama tejida por el autor, en lo criminológico.
Si el mal es el trasunto que enhebra todo comportamiento que pretende transgredir lo normal, lo establecido, lo convenido, Simulación fatal está mostrando siempre actos, conductas, hechos, incluso diálogos que nos hacen pensar si son o no cuestiones de índole delictiva. Y como está direccionada a lectores a los que se pretende motivar su conciencia moral, y a la misma sociedad que muchas veces se ha acostumbrado acríticamente a los actos delictivos como cosa natural, es para que pensemos, desde el lado jurídico, si lo representado tiene que ver con lo criminal, esto es, con algo que proscribe toda ley. ¿Dónde está el bien que hace que seamos personas, es decir, dignos? ¿Dónde está el mal que lleva a que de pronto, por un propósito, se busque el desvío llevando a cometer algún delito que pronto podrá ser considerado un crimen?
No trataré de descifrar lo que está en la trama de la novela de Ortega Vintimilla, peor adelantar los finos hilos que la tejen. Pero sí constatar que el autor bebe si bien de las vertientes del género negro norteamericano, sobre todo de las enseñanzas de la escritora Patricia Highsmith, porque en su novela hay mucho de juegos y justificaciones psicológicas, al igual que aspectos concernientes a lo social, es decir, a cómo los personajes, considerando las debilidades y las potencialidades de otros personajes, tratan de sonsacar provecho. No quiero decir con ello que el autor la imita, pero sí manifestar que de ella obtiene lo que luego Ortega Vintimilla convierte en algo fundamental en su novela. Así, Highsmith hace que empaticemos con sus personajes, algunos más malvados que otros, para que luego tomemos distancia de ellos. El autor de Simulación fatal hace que miremos el mundo de lo suburbano como si fuera algo familiar, pero también algo extraño, una especie de corretear a comprender las motivaciones de quien o quienes hacen cosas no meditadas, tratando de salir de las condiciones en las que podrían estar, para que pronto nos demos cuenta de que, aunque estén pensando servir al bien, también pueden estar poniendo alfombra roja al mal. Nosotros nos damos cuenta de ello y, aunque inquirimos que eso se denuncie, al mismo tiempo sabemos, pero no justificamos de los conflictos derivados de las conductas de cada uno. Está claro que nadie, a menos que el relativismo le lleve a caminos impensados, deba justificar el crimen de la trata de personas; sin embargo, tenemos conciencia que pese a denunciarlo, el mal como una determinación mayor, puede cortar los hilos de las existencias más sanas dejando el camino abierto a individuos más abyectos. El título, quizá, en este sentido, nos abre inquietantes interrogantes, los que naturalmente dejamos a los lectores.
Y con estas últimas premisas en general aplaudimos esta nueva novela del Máximo Ortega Vintimilla. De él conocemos Gigantescos elefantes dormidos, El hombre que pintaba mariposas muertas, El arcoíris del tiempo, entre otros libros. Simulación fatal es una propuesta novedosa para los tiempos actuales.
SIMULACIÓN FATAL de MÁXIMO ORTEGA Por Fabricio Guerra Salgado
Gustavo Parra, un hombre de treinta años, se encuentra de forma casual cerca de la escena de un crimen que, al parecer, permanecerá impune como tantos otros casos similares. No obstante, este homicidio está conectado con una serie de personajes y hechos sórdidos que van suscitándose de a poco.
Parra vive con su madre, sus hermanos y su padrastro en el sur de Quito, sector en el que la falta de oportunidades provoca la desesperanza de muchos. Él mismo, no tiene ningún proyecto vital significativo, fijándose como única meta ahorrar dinero para adquirir una motocicleta. Un día, la policía lo detiene por equivocación, confundiéndolo con un homónimo, siendo trasladado a una lejana cárcel provincial, en donde experimenta en carne propia el embate de la burocracia kafkiana y desquiciada.
Al aclararse el malentendido legal, regresa a la capital, hallando solamente empleos fugaces y precarios que apenas le alcanzan para sobrevivir. Opta por juntarse a un pariente lejano, el Profesor Charly, quien monta un consultorio espiritual en el que personas con conflictos emocionales o en circunstancias desesperadas, son sometidas a todo tipo de embustes y bulos.
Con la finalidad de ayudar a su jefe en el engaño, Gustavo lee libros de ciencias ocultas, obteniendo conocimientos sobre las fuerzas paranormales y extrasensoriales, lo que le lleva a replantearse cosas tales como el destino, el azar o la existencia de Dios. En tanto, pese a que el negocio marcha bien, los planes de Charly van más allá de los meros sortilegios, ya que a la par, utiliza el consultorio de tapadera para dedicarse también al coyoterismo, la prostitución y el turismo sexual, vinculándose con varios sujetos de aspecto patibulario.
Parra admite su error por formar parte del fraude a los pacientes, sin embargo, no está dispuesto a ser cómplice de delitos más graves, por lo que, en compañía de dos amigos, se propone investigar y juntar pruebas para denunciar lo que sucede en realidad. El presunto brujo es arrestado, pero debido a una desprolijidad judicial, recobra pronto la libertad, aunque poco después encontrará un violento final, no sin antes encargar un ataque armado en el que muere uno de los improvisados investigadores.
Más allá del misterio y el suspense que emanan de la trama, la presente novela posee una importante dimensión ética, latente a partir de su propio título. Toda simulación, llevada a extremos peligrosos, puede resultar fatal a unos y otros. Valiéndose de supuestos dones mágicos, el Profesor Charly miente, prostituye y cosifica a la gente para enriquecerse. Pero aun cuando parece alcanzar sus objetivos, no tarda en convertirse en un ser abyecto, terminando sus días ajusticiado en una sucia zanja. En las antípodas está la madre de Gustavo, doña Raquel, quien recurre a la magia y la sanación con la intención de calmar el sufrimiento del prójimo, sin esperar nada a cambio. Representa ella, una suerte de heroísmo genuino y discreto.
A lo largo del relato, el protagonista se ve sumido en una atmósfera opresiva, plagada de carencias y desajustes, por lo que sus expectativas se renuevan tan solo al comprar la anhelada motocicleta. A bordo de tan frágil vehículo, se compromete consigo mismo a trascender la escarpada cordillera, a llegar a otros lugares, quizás cerca del mar. Está decidido a comenzar desde cero, a descubrir nuevos sentidos, a buscar por distintos rumbos los anclajes necesarios para seguir viviendo.
Comentario novela Simulación Fatal de Máximo Ortega por Esteban Mayorga, USFQ
Comentario de novela “Simulación Fatal” de Máximo Ortega, segunda edición, por Esteban Mayorga, PhD. Profesor literatura
La primera cosa que apunto: la similitud con Factótum. Tanto con el concepto como con la novela de Bukowski. Aquel lejano Bukowski que de un momento a otro dejó de entusiasmarme pero que al mismo tiempo me dejó marcas. Una de ellas, la más potente, revivida a través de la novela de Máximo y el vértigo por el cual atraviesa Gustavo, el personaje principal y narrador. Este hombre me conmueve porque lo único que quiere, al parecer, es conseguir un trabajo. Sea el que sea. Pero ninguno le sale. Este intento por trabajar sin lograrlo es emotivo, por decir lo menos, porque implica un tesón testarudo, una inversión salvaje, un compromiso ético. Y es tierno, Gustavo, porque se ve obligado a convertirse en un factótum sin quererlo, es decir un todólogo. En el horizonte de este personaje siento algo perverso que no sabría precisar bien.
La segunda. La novela hace algo que me interesa desde siempre en la literatura. Va abriendo tramas posibles. Estas tramas posibles son otras posibles novelas. Abre una historia y dentro de ella se abre otra más. Y otra. Y otra. Hasta que el hilo narrativo está por quebrarse, ya hecho flecos, y el autor escoge una de estas historias y empieza la novela. Con esto quiero decir que el divagar del personaje de trabajo en trabajo opera como un prólogo que permite entender que Gustavo no se va a dar por vencido. La novela en sí, teleológicamente, solo empieza ya bien leídas las primeras cincuenta páginas. El comienzo se va aplazando, aplazando y aplazando hasta que el aplazamiento ya no se puede tolerar. Aparece entonces la idea central de Simulación fatal: la espera y la suspensión como poéticas. Adonde va? Qué hará? Cómo terminará?
La tercera. La historia, entonces, que se cuenta de entre todas las historias posibles está en clave policial. Hay algo denso que está pasando pero no se dice. Hay algo no solo denso sino perverso, siniestro, que ocurre en la historia pero no se deja ver, sino que se esconde, se elide, se aplaza, se suspende. Dicho de otro modo: lo verdaderamente importante no se narra. Y esto vuelve loco al lector, le obliga a pedir más.
La cuarta. La figura del brujo. Chamán. Curandero. Si bien esta figura en la novela se mira desde la charlatanería, es decir desde el humo y la potencia de la elipsis para encubrir el verdadero misterio, me gustaría plantear una idea adicional, que viene de Barthes. Para él, todo autor es un médium, es decir un chamán, que de algún modo cataliza las sensibilidades de una época. Es decir que el autor no es necesariamente un ente iluminado cuyo don deífico es capaz de crear universos, sino que es capaz, mediante una sensibilidad y habilidades particulares, de darle forma seductora a un tiempo y a un espacio. Me parece que Máximo hace esto con total consciencia y pericia.
La quinta y última. El sur de Quito. Reconozco que para mí el Sur de Quito tiene un encanto por su cualidad salvaje, comercial, potentísima como significante vaciado al cual el escritor, en este caso, le va llenando de significado. Esto es importante porque me obliga, como lector, a querer transitar un espacio que cuando yo lo visite, seguro, segurísimo, se va a resistir a mi encuentro.
Estas cinco cosas que he apuntado no le hacen justicia al libro pero ya voy cerrando en honor al tiempo; el potente tiempo ahora, un ratito, a la tarde ventosa, merendada que tengo, que tengo un libro extraordinario entre manos y que no sé como cerrar, tal vez con esta fuerza lenta y grave, irracionalmente breve para decirle felicidades al autor.
FERIA INTERNACIONAL DEL LIBRO QUITO
Con ocasión de la Feria Internacional del Libro de Quito, 2024; el escritor Máximo Ortega V., a partir de las 14H00 del Sábado 8 de junio intervendrá en la presentación del libro “Besar la muerte”, que es una reciente Antología del cuento ecuatoriano, cuya temática es el mal; en dicha obra participan con sus cuentos 22 autores nacionales y extranjeros, entre ellos, el autor azogueño con su cuento “Otro Jesucristo”. También, en la FIL de Quito, a partir de las 17H00 del miércoles 12 de Junio el precitado escritor Máximo Ortega lanzará la nueva edición de su novela “Simulación fatal”, intervendrán con sus análisis el crítico cañarense Antonio Sacoto Salamea PhD y Sandra Ayaya.
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